La tranquilidad de los habitantes de Calamar se vio interrumpida en la mañana de este martes, cuando una serie de ataques con explosivos y drones impactó tres puntos estratégicos del municipio: la estación de Policía, el Batallón de Infantería de Selva N.º 24 (BICAM 24) y la vivienda del alcalde, Farid Camilo Castaño.

De acuerdo con fuentes militares, el atentado habría sido orquestado por la estructura ‘Armando Ríos’, perteneciente al bloque Manuel Marulanda Vélez de las disidencias de las Farc, bajo el mando de alias Iván Mordisco. En la ofensiva, un soldado resultó herido en el ataque al batallón, mientras que en la residencia del mandatario una empleada doméstica sufrió lesiones, y varias mascotas del hogar murieron por la explosión.

Según los primeros reportes, los atacantes utilizaron drones cargados con explosivos contra las instalaciones del Ejército, mientras que la estación de Policía y la casa del alcalde fueron blanco de granadas lanzadas desde puntos cercanos al casco urbano. En medio de la rápida respuesta de las tropas, el Ejército logró derribar uno de los drones utilizados, evitando así un daño mayor a la infraestructura y la población civil.

Las autoridades locales confirmaron que, tras los hechos, se reforzó el dispositivo de seguridad en todo el municipio. “Este es un ataque cobarde que busca sembrar miedo, pero no nos doblegará. La Fuerza Pública mantiene el control y la población puede estar tranquila”, señaló una fuente militar desde el lugar de los hechos.

El atentado revive el temor entre los habitantes de Calamar, un municipio golpeado por la violencia. Apenas tres meses atrás, la región fue escenario de una masacre que dejó ocho personas asesinadas, presuntamente a manos del mismo grupo armado. En aquella ocasión, los cuerpos fueron hallados con signos de tortura, generando conmoción nacional.

Hoy, los calamarenses vuelven a exigir la presencia permanente del Estado y el fin de las acciones violentas que amenazan la paz y la vida en esta zona del suroriente colombiano.